Hoy estuvimos en la despedida que la Asociación de Taxis Colectivos le hizo a Danilo Núñez al dejar la subsecretaría de Transportes. Fue un sencillo acto al mediodía en la plaza Ñuñoa, bajo la sombra de los árboles. Los taxistas le agradecieron a Danilo el que los haya escuchado, que haya entendido los problemas y el haber estado con ellos buscando soluciones concretas. Un subsecretario que jugó un rol difícil, que estuvo en la calle, que escuchó a la gente. Eso. No nos extraña para nada. Danilo ha estado en la comuna, aquí es donde milita y donde ha hecho campaña, al lado de su mujer, nuestra concejala Danae Mlynarz.
La actitud del ahora ex subsecretario Núñez siempre ha sido de lealtad hacia los ministros y hacia la presidenta por supuesto, mientras que al interior del ministerio mantuvo una franca y cordial comunicación con las personas, profesionales o no, que allí se desempeñan, lo que es acorde con la manifestación de los taxistas. Pero la pregunta que nos hacemos es ¿cuánta es la responsabilidad de un determinado profesional o técnico respecto del diseño, la planificación o la implementación de una política pública? Habría que remontarse tal vez a los otros ministros, a aquellos que decidieron los montos de inversión de este plan, tan menguados si se los compara con las autopistas urbanas o con el metro. ¿Cuánto puede hacer un funcionario frente a las decisiones de su superior jerárquico, cuando estima que no son las correctas? Bueno, dirán muchos, puede renunciar. Sí, es cierto. Pero muchas veces no se sabe bien qué es lo correcto y lo que no. O porque cada uno tiene un rol que cumplir en un determinado momento y simplemente hay que asumirlo. Creemos estas interrogantes son parte de lo que ha pasado con el Transantiago.
Para muchos, la carrera política tiene que ver con los cargos y con las cuotas de poder a que se accede por esa vía. Todos conocemos eso. Pocas veces tiene que ver con el trabajo en las bases, en las comunas, en las campañas, en las conversaciones que deciden votos, que son los que mantienen a la Concertación y, con ella, a nuestro partido en el poder, a sus militantes ocupando cargos públicos. Nos parece que es hora que en el Partido Socialista hagamos una reflexión respecto de esta dicotomía entre ese partido del Estado y este partido del territorio, de las comunas, de la sociedad y sus organizaciones. Esto es revisar las maneras en que estamos haciendo política. Tenemos aquí la oportunidad, Danilo ha dado un ejemplo, el Transantiago pone la lupa en las políticas públicas y en las maneras en que las estamos implementando, el Partido Socialista está en Congreso, el verano nos dejará unos ratos para pensar.
Porque Danilo es un caso en el que nadie podrá negar su compromiso con las bases de la comuna donde vive. Donde nos parece que debe originarse la política que debe interesarnos crecientemente, aquella que será capaz de seguir transformando a Chile en un mejor país.
Por eso lo apoyamos y estamos con él.
Núcleo Plaza Ñuñoa
Partido Socialista de Chile, Comunal Ñuñoa
Ñuñoa. 12 de enero de 2008
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